miércoles, 30 de junio de 2010

“Poder Mercado y Parentesco”

Olavarría, María Eugenia
Este texto nace a raíz de la deconstrucción de las teorías de los clásicos donde se planteaba que sí las ideas clásicas sobre el parentesco eran pertinentes en un contexto que estaba deslocalizado de las relaciones sociales.
Donde esta deslocalización hace referencia a: ciencia, tecnología, mercado y el poder (entendido como control de los sexos) que conllevan a un objetivo esencial en la visión de parentesco: la reproducción humana, como institución basado en el principio biológico que no abandonado sus preceptos clásicos y que se reintroduce bajo nuevos elementos.
El objetivo de la autora, consiste en hacer una crítica a estas tendencias con el valor de analizar el parentesco contemporáneo como un tipo de recomposición social que no se aleja mucho de sus valores clásicos. Es decir, para adentrarnos a las ideas de la autora, quien retoma a Godelier en su “concepto de traducción del orden social por el cuerpo, proceso que tiene que ver con lo que él llama la doble metamorfosis” (2008:236).
Donde, esta doble metamorfosis debe entenderse como: la traducción de lo político o económico en parental y de lo parental en diferencias de estatuto entre los sexos: consecuentemente, las relaciones sociales son diferencias sexuales, en el fondo, esto manifiesta quien tiene el control o quien determina las reglas del juego.
A esta idea sobre el cuerpo, encontramos las ideas de Bourdieu donde la construcción simbólica del cuerpo no se reduce a una idea performativa, es decir que conduce a cambios profundos donde el parentesco bajo estos parámetros busca socializar lo biológico y lo biológico como agente importante entre la sociedad. Es decir, manifiesta que existe un orden jerárquico en las relaciones de los sexos y que el intercambio de mujeres tiene una connotación de mercado.
Con lo anteriormente mencionado para Bourdieu, “el parentesco configura una autentica economía política de la reproducción, para el que las mujeres, sujetas al aparato médico y jurídico, se convierten en agentes pasivos de la reproducción, tal como ocurre en nuestra sociedad respecto del aborto y el uso de las reproducción asistida” (Olavarría, 2008: 237).
Otro aspecto a tomar en cuenta sería la repatriación, elemento que ha llevado a los estudios de parentesco a su nueva etapa. La repatriación se relaciona con todo el arsenal que se ha hecho sobre las diferentes técnicas de reproducción, que han sacado a la superficie las viejas ideas biologicistas.
Así mismo, El uso de nuevas técnicas de reproducción, no representa una mejor condición para las mujeres en cuanto a la posibilidad de tener autonomía reproductiva. Nuevas técnicas que se entienden en cuanto a una incidencia jurídica sobre las decisiones reflexionadas en cada cultura con lo que está relacionado al cuerpo de las mujeres.
Mientras tanto, sobre cualquier valoración que se pueda tener sobre el avance tecnológico en relación a los sexos no es pues, “dejar bien claro quien o quienes controlan los cuerpos de las mujeres, ya que sobre ellos se monta la institución social que denota la materia prima a todas las demás; la que se encarga de la reproducción humana, esto es, el parentesco” (Olavarría, 2008: 239). Lo que demuestra en muchos contextos es la constante manipulación que hay sobre el cuerpo.
Los aspectos esenciales en cuanto al pode, igual a control sobre le cuerpo de las mujeres, y la relación que el poder ejercía sobre otros elementos tales como: las concepciones familiares, la reproducción humana como institución (simbólico), el aspecto político, el aspecto social y finalmente el aspecto jurídico.
Además un aspecto analizado por la autora en dicho trabajo es el carácter biológico (relación madre e hijo) y tecnológico (creación de éstas para dar a los hijos en adopción).
Algo muy importante es la división equitativa en cuanto a la intervención de mujeres en el proceso de adopción.
Una mujer (ovulo), una segunda mujer (útero), una tercera mujer (cría al niño/a) y la cuarta mujer tiene el reconocimiento social de ser la madre de la criatura. Tan sólo la última puede alcanzar este prestigio por adquirir mayor posición que las tres anteriores. Ya que está puede ser parte de la clase dominante.
Así mismo, uno de los interesantes debates que se originó este tipo de relación fueron sobre las preguntas constantes: si existía el parentesco disociado de la sexualidad, es decir, un reorientamiento a los preceptos clásico de la antropología.
Olavaria Maria Eugenia, Poder Mercado y Parentesco Actual Revista de Antropología Experimental Nº8, 2008 Texto 17: 235-244 Universidad de Jaén España. Disponible en Línea.

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